Digamos adiós a Reino Unido

David Cameron
23 de junio de 2016, el por el entonces Primer Ministro de Reino Unido, David Cameron, decide “sacar las urnas a la calle” y realizar el tan esperado referéndum sobre la permanencia del país en la Unión Europea. Para su sorpresa, los resultados son favorables a la salida con un 56% de los votos. Se pone en marcha el plan del Brexit (Britain + exit) en el que ya llevan envueltos más de tres años. Si queréis informaros más sobre aquel momento, podéis leer “David Cameron, el hombre que partió Europa”.

Cabe destacar que hubo una gran diferencia en votos tanto regional como generacionalmente. La zona de Escocia, Irlanda del Norte y las principales ciudades de Inglaterra eran favorables a la permanencia; mientras que Gales y las denominadas Midlands preferían salir. Esto provoca un problema tan grave que se ha convertido en una de los principales frenos de efectuar una salida que se lleva ya esperando más de tres años. El temor a un nuevo estallido del terrorismo en la zona de Irlanda, o a una posible independencia de Escocia, son consecuencias a valorar a la hora de realizar las negociaciones. De igual forma, esa oposición de los jóvenes, que ven sus oportunidades limitadas en caso de abandonar la Unión Europea, se plantea también como  punto a tener en cuenta. Son precisamente ellos los más favorables a la permanencia, frente a los que tienen una edad más elevada, que culpan de los problemas en su economía y sociedad a los europeos, sentimiento arrastrado de una cultura inglesa que nunca se ha sentido muy unida al continente. 

Original aquí


Las consecuencias de efectuar un Brexit duro, serían muy serias tanto para Reino Unido como para la Unión Europea. Ya en el momento en que se supieron los resultados la confianza cayó en picado ante la incertidumbre de la nueva etapa en la que se encaminaba el país. El posible freno de las inversiones conduciría a una decadencia de los flujos comerciales que llevaría a un desplome de la libra y la contracción, en consecuencia, del PIB británico. Ya por 2016, el Banco de Inglaterra estimaba una reducción del PIB del 3’9% y un aumento de la inflación hasta llegar al 6’5%. La pérdida de peso de la City de Londres es también una consecuencia muy temida por los británicos. Podéis indagar más a fondo en “Consecuencias económicas de un Brexit caótico

La Unión Europea por su parte, se vería amenazada ante la ruptura del equilibrio de fuerzas y un debilitamiento del mercado común, al perder a una de las principales potencias. Sentar precedente podría no ser beneficioso para unión económica. Se estima un impacto de entre 45.000 y 50.000 millones de euros en el presupuesto de la UE; pues debemos tener en cuenta que (en base a los datos publicados por el Parlamento Británico) en 2017 el comercio entre Reino Unido y la Unión Europea es uno de los más fuertes. 


Boris Johnson
Hasta junio de este 2019, parecía que la situación se mantenía más o menos igual. Vemos la evolución aquí. Pero la llegada de Boris Johnson como Primer Ministro británico ha supuesto, sin duda, un antes y un después en el desarrollo de los acuerdos para la efectiva salida de los ingleses de la Unión Europea. Aquellos que apostábamos por que ese momento nunca llegaría, vemos ahora asombrados las noticas. El Brexit sale adelante. Tras las elecciones de diciembre de 2019, el hecho de que los británicos dejan atrás Europa es una realidad. El Parlamento británico ha aprobado por una clara mayoría la ley del Brexit. Vemos en este artículo de la BBC una aclaración sobre todo lo ocurrido recientemente. Ya solo queda esperar cuál será el desenlace de esta abrupta historia.

Si os interesa mucho este tema, os recomiendo leeros estos artículos (aquí y aquí). De igual manera, seguid atentos a las noticias, quizá nos llevemos alguna sorpresa de última hora, nunca se sabe. 

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